He querido compartir con todos vosotros una experiencia muy bonita que tuve ya hace unos años. Siempre termino la asignatura de Historia Contemporánea de 1º de Bachillerato con una serie de trabajos sobre el mundo actual. Creo que de este modo podemos cubrir una parte del programa que como teoría sería demasiado densa y larga y, además, me permite cambiar el orden de las cosas en el aula: por un día los alumnos se convierten en profesores y, previamente, han realizado trabajos de forma autónoma.
Tengo que confesar que el grupo con el que trabajaba era extraordinario: siete chicas del programa multilíngüe, trabajadoras incansables y serias en el aula. Sabía que sus trabajos serían excelentes pero lo mejor fue ver la transformación al presentarse ante el resto de las compañeras. No pierdo la esperanza de que pueda volver a salir tan bien en otra ocasión.
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